

Publicado el : lunes 13 de octubre 2014, por AMECH, 1 comentario.
¿Sabías que la productividad de alguien que tenga una mala nutrición puede reducirse hasta un 20 %?
Debido a que una tercera parte del día -como mínimo- es dedicada a trabajar en una oficina, éste debería ser el sitio más propicio para llevar a cabo la práctica de una alimentación saludable. Por tal razón, desde enero del 2011 se publicó en el diario oficial, “La ley de ayuda alimentaria”; la cual tiene por objeto promover y regular la instrumentación de esquemas de ayuda alimentaria en beneficio de los trabajadores, con el propósito de mejorar su estado nutricional, así como de prevenir las enfermedades vinculadas con una alimentación deficiente y proteger la salud en el ámbito ocupacional.
Los patrones pueden establecer esquemas de ayuda alimentaria para los trabajadores mediante:
- Comedores;
- Restaurantes, o
- Otros establecimientos de consumo de alimentos.
La ayuda alimentaria no puede ser otorgada en efectivo. No todas las empresas cuentan con este esquema de planeación alimentaria, pero como ejecutivo o trabajador debes saber que una adecuada nutrición se reflejará también en tu rendimiento laboral. Alimentarnos de forma adecuada nos resulta en ocasiones, una tarea difícil, ya que debemos tomar en cuenta que nos queda muy poco o nada de tiempo para organizar nuestras horas de comida
Partiendo de esta premisa, lo más “normal” es que comamos a deshoras y lo primero que tengamos a la mano, sin darnos cuenta de que estos malos hábitos a la larga nos perjudicaran ocasionando daños a veces irreversibles a nuestra salud.
¿Cómo identificar una mala alimentación?
El no consumir los alimentos adecuados o tener una baja ingesta de los nutrientes que se necesitan diariamente es considerada una mala nutrición. De igual manera, el consumir diferentes tipos de bebidas y comidas, que son bajos en fibra o altos en grasas, sal o azúcar.
Una nutrición inadecuada se asocia con problemas de salud, menor rendimiento físico y laboral, dificultad para concentrarse, baja motivación, etc.
¿Cómo mejorar nuestros hábitos?
No hay pretextos para no llevar una buena alimentación, es importante tomar consciencia de nuestra salud y empezar hacer cambios pequeños en nuestra dieta para poder llevar una vida más sana.
Como empleado, una alimentación adecuada dará como resultado menor propensión a las enfermedades, mayor rendimiento laboral, más capacidad de concentración, mayor productividad en tus tareas diarias y como consecuencia la posibilidad de ser un ejecutivo más destacado que utilice su potencial para crecer dentro de la organización.
Como empresa, la buena alimentación del personal, también trae consigo importantes beneficios tales como mayor productividad, gastos menores por ausentismo o enfermedad y mayor competitividad de tu capital humano.
¿Quién diría que la forma en que te alimentas incidiría de forma tan significativa en tu desarrollo laboral?
Ahora ya lo sabes.
*Grecia Paz. Miembro del Comité de Comunicación de la Asociación Mexicana de Empresas de Capital Humano (AMECH) y Coordinadora de Mercadotecnia y Comunicación de Retribuye.
asociacionch@amech.com.mx
Comentarios:
Excelente artículo.
Suele ocurrir que en al ámbito laboral soslayamos esos detalles, al parecer tan ínfimos y triviales, pero que suelen tener un impacto considerable en nuestro desempeño y desarrollo integral (incluyendo por supuesto la esfera laboral).